Te lo vas a perder ?

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Te lo vas a perder ? estas sencillas y escuetas palabras bastaban para llenar y traspasar bastante más allá la pantalla del correo electrónico
Toda la destreza y poderío que echo en falta en las trialeras o subidas tendidas tengo que reconocer que la tengo en intentar sortear y esquivar obligaciones sociales, compromisos y horarios para poder salir con mi mtb. No me importa quedarme sin comer algún día que otro, empezar a las tantas a reparar un pinchazo inoportuno o madrugar para poner los caminos de mis montañas. Soy paciente y aguardo estoicamente la oportunidad, quizás te pueda sonar como una historia de extraña pero es mi realidad y en cierta manera quizás la de bastantes ciclistas que compaginan apasionados un hobby con la familia y compromisos.

Como buen ciclista que se precie de vez en cuando surge altiva la llamada de la selva con un nuevo reto de mtb, desde ese preciso momento puedes empezar a escuchar en tu cabeza como resuena el canto de las sirenas desde el interior de los bosques llamándote. Te lo vas a perder? era una invitación amiga para un recorrido en mtb no especialmente difícil pero si largo y desconocido, sin apenas dificultad técnica pero con llegada final en alto bastante dura por el desgaste previo.

Y esta vez si que fui.

Había un cartel participantes de autentico lujo que aseguraba una faena de las memorables, mas allá del propio reto, de los kilómetros, de lo desconocido….. esta ocasión era una excusa perfecta para compartir pedaladas y risas con grandes amigos y eso no tiene precio.

Poco a poco fueron cayendo los kilómetros a la par que nuestras piernas pesaban más y más, tiene su encanto ser guiado por caminos completamente desconocidos, aunque por desgracia me contaban que bastantes de ellos ahora lucen una nueva y alquitranada alfombra. Tiene su gracia primero el subir fatigosamente una dura cuesta con la cabeza casi metida en el manillar, luego una afable conversación para saber que uno cambia de trabajo o que el padre de otro se restablece de su operación, mas tarde toca bajar a cuchillo entre piedras y saltos, después probar con un acelerón de los buenos a ver quien te acompaña y quien se queda, vaya cosas normales del mtb.

En definitiva es todo un evento el salir con un buen grupo de amigos sin demasiadas prisas y regalándote cada metro de la ruta que transitas sin más pretensión que avanzar lo que den tus pedaladas.

Una de las bajadas empezó a ser muy inclinada y rota, de aquellas que te hace encender la lucecita interior de alarma que significa todo esto que ahora estas bajando luego habrá que subirlo y sufrirlo …… así llegamos al lecho de una riera que normalmente estaria seca pero ahora por las ultimas lluvias bajaba con casi medio palmo de agua.

Al principio cargué la mtb al hombro para evitar el agua, eso lo puedo hacer unos metros pero no unos cuantos kilómetros, así que con el santo y seña aprendido de “de mojados al río” nos pusimos a remontar aquel riachuelo de aguas cristalinas.

Era cerca de mediodía y el sol brillaba sobre la superficie el agua, las laderas cerradas de las montañas resguardaban del viento y la vegetación exuberante se encargaba de poner el marco perfecto para esa imagen espectacular, subiendo el cauce igual de los peces que remontan el río para volver a su lugar de origen, 8 bikers sorteando piedras, evitando los socavones, pedaleando entre guijarros para buscar un camino inexistente con los pies chorreando de agua, resbalando, cayendo y volviendo a levantarnos para continuar avanzando, aquella escena es de las que apenas te atreves a respirar para intentar retenerla por mas tiempo, no duro demasiado aunque te aseguro que el recuerdo de ese tramo de río es de los que se guardan imborrables en la selectiva memoria ciclista.
Salimos del río y continuamos hacia nuestro destino, subiendo y bajando, bajando y subiendo, en definitiva cogiendo la medida de cada trozo del camino a ritmo circular de pedalada cadenciosa y entregada.
Al final no llegamos a nuestro destino y tampoco era cuestión de intentar hacer una cronoescalada por el mero hecho de decir que habíamos llegado hasta el final, me supone mucho mas el haber gozado de un estupendo día de mtb compartido con amigos y sobre todo me ilusiona el haber encontrado algo que en principio no buscaba y que encontré, algo que siempre tenemos pero que muchas veces pasamos por alto con la parafernalia diaria, algo que se debe intentar preservar y transmitir como un bien preciado…..al final no llegamos a nuestro destino, pero encontré la esencia de mi mtb:.el puro placer de pedalear.

Autor: &re