Mantén la motivación: cómo seguir entrenando con el cambio de hora y la llegada del invierno
A continuación te damos una serie de consejos, ideas y estrategias para mantener la motivación y seguir entrenando con sentido cuando las condiciones no acompañan.
1. Acepta el cambio y redefine tus objetivos
Muchos ciclistas cometen el error de intentar seguir el mismo plan que en verano, frustrándose al no poder cumplirlo. En su lugar, ajusta tus expectativas: trabaja sesiones más cortas, específicas, y mantén la constancia. Un entrenamiento bien estructurado de 60 minutos puede ser más eficaz que tres horas improvisadas.
💡 Truco: planifica tus sesiones con antelación. Si sabes que madrugará o hará frío, deja todo preparado la noche anterior: ropa, luces, bidón y comida. Reducir la fricción mental es clave para no rendirte antes de empezar.
2. El rodillo, tu mejor aliado cuando cae el sol
Además, el entrenamiento en rodillo es tremendamente eficaz para trabajar la potencia, la técnica de pedaleo o la capacidad anaeróbica. No pierdes tiempo en semáforos, bajadas o desplazamientos: cada minuto cuenta.
💡 Truco pro: combina sesiones estructuradas (intervalos, series, fuerza) con rutas libres o eventos virtuales. Así evitarás la monotonía y trabajarás diferentes sistemas energéticos
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3. Invierte en buen material: el equipamiento marca la diferencia
Piensa en el equipamiento como en un escudo: si te sientes cómodo y protegido, no tendrás excusa para salir. Además, unas buenas luces delanteras y traseras te permitirán alargar la jornada incluso cuando cae la noche.
💡 Consejo: viste por capas. Mejor tres prendas ligeras y transpirables que una sola gruesa. Así podrás regular la temperatura en función del esfuerzo.
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4. Entrenamiento cruzado: potencia lo que la bici no trabaja
💡 Truco: dos sesiones semanales de fuerza o trabajo funcional pueden marcar una gran diferencia. Fortalecerás articulaciones, evitarás lesiones y ganarás potencia cuando vuelvas a rodar con intensidad
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5. Entrena en compañía y busca nuevos retos
Además, puedes aprovechar el invierno para marcarte pequeños desafíos personales: completar una serie de rutas, alcanzar cierto nivel de potencia, o acumular un número de horas en rodillo. Los objetivos concretos mantienen la cabeza activa y el cuerpo en marcha.
💡 Idea: organiza un reto de invierno con tus compañeros de club: “1000 km hasta la primavera” o “5 salidas bajo cero”. Lo importante no es el número, sino mantener la chispa.
6. Redescubre el placer del MTB invernal
Un bidón térmico con bebida caliente, un snack energético o una parada corta en un bar de montaña pueden transformar una jornada gélida en una experiencia memorable.
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7. Cuida también la mente
No solo entrenas las piernas: el invierno es una oportunidad para fortalecer la mentalidad ciclista. Afrontar condiciones adversas te enseña disciplina, resiliencia y paciencia, virtudes que luego marcan la diferencia en las competiciones o en las grandes rutas.
Recuerda: el descanso también forma parte del entrenamiento. Escucha al cuerpo, evita el sobreentrenamiento y aprovecha los días más duros para planificar, revisar tu bici o simplemente descansar sin culpa.
En resumen
🌲 El invierno no es un obstáculo, es un terreno más del recorrido. Y tú, como buen biker, sabes disfrutarlo.
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